domingo, 17 de abril de 2011

Las tres realidades: sensorial, psíquica y metafísica (7)- Nisargadatta (a)

Llevo varios meses leyendo, principalmente, a Nisargadatta Maharaj y a Ramana Maharshi: dos Cumbres mayores de los Himalaya del Espíritu. Todas las mañanas estoy una hora, al menos, leyendo, antes de desayunar y de hacer otra cosa. Así, de este modo, le doy las "vitaminas metafísicas" a esta mente tonta llena de cháchara del quehacer cotidiano como fulanito de tal, para que esté encauzada y no se disperse sin ton ni son...


Hace unos días comencé la tercera relectura de "El buscador es lo buscado. Las ennseñanzas esenciales de Nisargadatta Maharaj", escrito por Ramesh Balsekar, quien fuera uno de sus últimos traductores en directo de sus charlas ante tantos buscadores que subían hasta la buhardilla de la casa de Nisargadatta en Bombay.

Y leo, ahora en su versión hispanoamericana: "Cuando dices que ves un objeto, lo que en realidad sucede es que tus sentidos reaccionan a un estímulo cuyo origen es externo con respecto al aparato corporal. Y lo que tus sentidos han percibido y tu mente ha interpretado no es más que algo que aparece en tu consciencia. Esta apariencia presente en la consciencia se interpreta como un suceso que se manifiesta en el espacio y el tiempo. Toda manifestación depende de la combinación de dos medios estrechamente ligados a los que se denomina espacio y tiempo. En otras palabras, en ausencia de la combinación espacio-tiempo no podría surgir en la consciencia ninguna manifestación ...

Toda "existencia" es un proceso continuo de objetivación. Sólo existimos como uno de tantos objetos y, como tales, sólo en la consciencia que nos conoce. Cuando cesa la objetivación, como sucede en el sueño profundo, desaparece el universo objetivo.

 
Siempre que uno se concibe como una entidad aparte, como persona, no puede percibir el paisaje total de la realidad impersonal. Y la idea de una personalidad independiente se debe a la ilusión del espacio y el tiempo, los cuales no tienen existencia por sí mismos, pues sólo son instrumentos, simples medios para hacer cognoscible la manifestación.

En la consciencia sólo puede reflejarse un pensamiento, sentimiento o percepción en cada momento, pero los pensamientos, sentimientos y percepciones se presentan uno tras otro, creando la ilusión de durabilidad. La personalidad aparece entonces como resultado simplemente de la memoria, al identificar el presente con el pasado y proyectarlo al futuro".

Y también leo: "Siempre que tus sentidos perciben algo y tu mente lo interpreta, se trata de una apariencia en la consciencia, la cual se manifiesta en el tiempo y el espacio y se objetiva en un mundo que el objeto cognoscente (es decir, tú) considera como algo independiente de sí mismo. Y es aquí donde radica todo el error: en este proceso la percepción no es total; es necesario ver de manera total, mirar no con la mente individual, que es una mente dividida, sino ver desde dentro, mirar a partir del origen; ver, no a partir de la manifestación en tanto fenómeno, sino desde la fuente misma de toda visión. Entonces, y sólo entonces, puede haber una percepción total y una visión y aprehensión correctas..:"

Y sigo leyendo: " ¿Qué somos "realmente"? La gente suele emplear la palabra "real" para aludir a algo que es perceptible por medio de los sentidos. El cuerpo es perceptible por medio de los sentidos, pero ¿es el cuerpo "realmente" tú? Debemos usar las palabras de modo correcto, a pesar de todas sus limitaciones. Consideremos "real" lo que es perceptible por medio de los sentidos, pero toda "cosa" concebible que sea sensorialmente perceptible debe pasar por una interpretación de la mente antes de ser conocida. Y todo lo que es conocido así obviamente no es masque una apariencia en la consciencia del que conoce. Si todo lo que es perceptible por medios sensoriales es tan sólo una apariencia, ¿dónde radica entonces la realidad de la forma física que parece tan "real" y tangible?

¿No deberíamos entonces ir más atrás -al menos conceptualmente-, hasta llegar al estado que prevalecía antes de que apareciera esta forma física, este aparato psicosomático, incluso antes de que esta forma fuera concebida? Si te pidiera que me dijeras algo acerca de tu estado anterior a que fueras concebido en el vientre de tu madre, tu respuesta tendría que ser necesariamente "No sé". Ese Yo que no tiene conocimiento de ese estado (el Yo que, de hecho, nada sabía antes de que apareciera la consciencia), es lo que realmente somos -el Absoluto, el noúmeno, el ser imperceptible, ilimitado, atemporal-; mientras que lo que en apariencia somos en tanto objetos separados es relatividad, fenomenalidad, finitud, temporalidad y perceptibilidad a través de los sentidos. 

"El estado de no-manifestación, el noúmeno, es tal que en él nosotros (aunque, estrictamente hablando, no debería Ser "nosotros" sino Yo) no tenemos conocimiento siquiera de nuestra existencia. Cuando nos hacemos concientes de que "somos", no prevalece más el estado de unicidad, pues la dualidad es la esencia misma de la consciencia. La manifestación de aquello-que-somos, en tanto que fenómenos, implica un proceso de objetivación, el cual se basa necesariamente en una división entre un sujeto, que es el que percibe o conoce, y un objeto que es percibido o conocido.

Lo interesante de este proceso de objetivación es que necesariamente tiene lugar en la consciencia, que es la fuente de toda conceptualización y, por consiguiente, los llamados sujeto-cognoscente y objeto conocido son ambos, en realidad, objetos fenomenalizados en la consciencia, lo mismo que las imágenes de un sueño. Empero, ese objeto cognoscente (que conoce al objeto-conocido) asume la identidad de sujeto como si de una entidad separada se tratará -un "yo"- y da al objeto conocido una identidad con la cual lo concibe como "otro". Así es como nace el concepto de "individuo" a partir de una ilusión, del poder de Maya, o como quiera llamársele.      
                                      
Una vez que ocurre esta identificación con una supuesta entidad separada, el concepto de dualidad se extiende y el condicionamiento se hace más fuerte. Esta entidad-sujeto separada se erige entonces en juez para analizar y criticar los diversos objetos y aparece así el esquema entero de opuestos interrelacionados: bien y mal, grande y pequeño, lejos y cerca, dando lugar a la condena y la aprobación.

El Sustrato de la creación completa de este universo fenoménico es, desde luego, el concepto de espacio-tiempo. El espacio es necesario para la objetivación y el tiempo para medir la duración de esta extensión en el espacio. ¿Cómo podrían sin el espacio haber adquirido forma los objetos para ser visibles y cómo podrían, sin el tiempo (la duración de la apariencia), ser percibidos?.

Si has podido tener una apercepción de lo que he dicho, debes ser capaz de decir con exactitud cómo y en que momento surge la llamada esclavitud y a quién daría. Es necesario tener una comprensión muy clara de esto. La manifestación de los fenómenos no es sino el movimiento de la consciencia, donde no hay posibilidad alguna de una entidad individual. Todos son objetos, imágenes de un sueño que se mueven de conformidad con sus respectivos papeles. Nuestras miserias únicamente surgen por la aceptación de cierta responsabilidad al "adjudicarnos" nuestros respectivos papeles soñados como nosotros mismos, al identificar lo-que-somos con el sujeto-cognoscente en el proceso de objetivación. Es esta identificación ilusoria y por completo innecesaria lo que provoca la "esclavitud" y toda la miseria resultante para el individuo ilusorio.

Una vez más: Lo-que-no-somos es sólo un concepto y este concepto está buscando lo-que-somos. El condicionamiento -el equívoco- sólo puede eliminarse mediante una comprensión adecuada de lo-que-somos y de lo-que-no-somos. Entonces será claro que la "esclavitud" y el "individuo" que la sufre son ambos simples conceptos y que lo-que-somos, el noúmeno, sólo puede manifestarse como fenomenalidad total. Hallarás paz -o, más bien, ella llegará- cuando haya una apercepción de que lo que estamos buscando no puede ser hallado, por la simple razón de que lo que se busca y aquello que busca ¡son una y la misma cosa!...

 ...


¿Y qué puedo decir yo a todo esto, como Ángel Almazán -un fulanito de tal que entre otros "conocimientos conceptuales" ha leído varias decenas de libros de Jung y junguianos?
Pues esto:  Amén.. AUM



1 comentario:

  1. El Advaita deviene de serie con una "Contradicción_Cósmica", en el instante que todo es "Conciencia" y "Conciencia es todo lo que hay", no existe ninguna posibilidad de que exista un ·"Entendedor" dios mediante la comprensión resuelva la transposición del No_Ser como el conocimiento del Si_Mismo, a la vez que desaparece la hipnosis divina del hacedor. Un sueño con su soñado incluido no tiene inteligencia artificial como para por el mismo llegar al que sueña. Desvelándose por tanto todo en cada instante, como una mera historia sin mas trascendencia dentro del juego de la conciencia. Obviarlo es sentenciarse a un viaje circular de nadie circulando, y esto me lleva a deducir que el "Advaita" ha de ser trascendido, no por que en si mismo por su simplicidad no sea fascinante, si no por que al acogernos a la propia inteligencia natural el "Advaita" bajo sus propios principios deviene una historia mas que se atrapa, o para quien guste se auto_atrapa la atención.

    Desde mi punto de vista el "Advaita" es una "Mentira Sagrada" a la que hay que decir "Amen", por que no queda otra, y a otra cosa mariposa, en mi caso creo que esa cosa ha de tener "Magia", "Corazón" y "Alma", y como desde la posición de la dualidad escojo según preferencias personales y egoístas, y desde la No_Dualidad no hay hacedor egoísta, en ambos casos no puede haber error.

    Todo esta bien...

    Amen y Amèn

    Juan Manuel

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