sábado, 27 de noviembre de 2010

Imaginación Activa Creadora en Jung -1-

Incorporaré, a continuación, en una serie de posts, lo que publique en la primera web de la editorial Sotabur hacia 1999 y que luego incorporé en Soriaymas bajo el título de La técnica de la Imaginación Activa. Este método junguiano de coniunctio entre el ego consciente y las figuras arquetípicas del Mundo Imaginal y de otros ámbitos del Inconsciente Colectivo junguiano e inconsciente personal es clave para entender la obra de Jung, y, muy especialmente, el Libro Rojo que acaba de publicarse en castellano. Asimismo, en mi reciente libro, Perdidos en el Mundo Imaginal, ocupa igualmente un capítulo destacado (concretamente el capítulo III: Conversar con las imágenes arquetípicas, que desgloso en las secciones: "Entre lo racional y lo irracional", "El secreto de Jung ante la imaginación" y "El método junguiano de la imaginación activa".


En sus memorias, "Recuerdos, sueños, pensamientos" (editado por Seix Barral), escritas a sus 82 años, Jung confiesa sus temores y desorientación inicial ante la avalancha de contenidos del inconsciente personal y colectivo que tuvo en 1913 y 1914, fundamentalmente, cuando tenía 38 y 39 años de edad.

Ante aquella irrupción tan avasalladora de lo inconsciente, Jung logró salir airoso y no caer presa de una psicosis, merced a una técnica que intuitivamente se autoaplicó y que luego depuró, mejoró, y denominó como "Imaginación Activa", que seguiría utilizando y recomendando hasta el final de su vida, y que consideraba muy idónea para la realización del "Proceso de Individuación".

En sus memorias esto queda explicado en el capítulo titulado "El análisis del Inconsciente" (pp. 178-207), cuya lectura obviamente recomendamos encarecidamente. Las fantasías activas que tuvo entonces las dejó manuscritas y dibujadas en los llamados "Libro Negro" y "Libro Rojo", que suponemos siguen sin publicar.

El doctor Ramón Sarró -cofundador del "Círculo Junguiano de Barcelona" junto con Juan García Font, y a quienes tuve el placer de conocer en mi época universitaria- en su estudio preliminar de la edición española, en Miracle, de libro de Jung, "El Yo y el Inconsciente"- se refería a este período de Jung de adentramiento en el inconsciente, en estos términos:

- "Estas fantasías eran, a veces, espontáneas, otras, provocadas... Otras veces, para provocarse fantasías imaginaba un descenso a las profundidades variables, en unos casos comparable "a una profundidad de trescientos metros", otros a "una profundidad cósmica"... En otros casos, Jung dibujaba o esculpía. En sus memorias consta cómo recobró el equilibrio, que veía amenazado, en la época visionaria: puliendo y esculpiendo materiales pétreos (...) Sin duda que en otra época hubiera sido un "medium", o un profeta, o un poeta. Las imágenes que veía evocan la imaginación de un Dante o de un Blake (...) Debe tenerse en cuenta que la técnica que seguía con las imágenes, con sus sueños, fantasías y visiones, no sólo consistía en amplificarlos transportándolos a los grandes escenarios míticos y legendarios, sino también en lo que podríamos llamar "densificación", es decir, convertía los espectros en seres, las apariciones fantasmales en personajes concretos, si bien simbólicos. Su capacidad de artista plástico no le abandonaban ni en la zona de las imágenes del inconsciente (...) Si realmente hay que establecer contacto con la realidad del inconsciente, con quien debe enfrentarse el individuo, con quien debe "dialogar" en la medida en que aceptemos esta expresión, es con los arquetipos, o sea, puesto que éstos son invisibles, con las imágenes en las que se encarnan".

Pues bien, el método junguiano por excelencia para avanzar plenamente en la exploración del inconsciente es la Imaginación Activa. Consiste, básicamente, en un "dejarse llevar", en un "dejarse hacer psíquicamente", pero estando consciente de tal situación y asumiéndola intelectual y éticamente. En síntesis podríamos decir que radica en expresar los contenidos del inconsciente que irrumpen en el campo de acción del yo o ego, dotándoles de una forma estructural: dibujándolas, esculpiéndolas, bailando, escribiendo poemas u otras expresiones literarias, hablándolas, etc. Así, por ejemplo, uno puede soñar con una imagen y luego la puede plasmar en un dibujo otorgándole color, rasgos y características concretas que quizás no corresponden plenamente con la imagen onírica, pero que, no obstante, tiene su nacimiento y foco de atracción en ella. Y lo que surge en tal caso es una fantasía activa, la cual habrá que intentar comprender y ante la cual hay que adoptar una actitud ética.

Marie Louise von Franz, en su magnífica obra "C.G.Jung. Su mito en nuestro tiempo" (Fondo de Cultura Económica), explica lo que es la Imaginación Activa al indicar que se trata "de dejar surgir del inconsciente , estando despierto, emociones, sentimientos, fantasías, ideas obsesivas o imágenes oníricas, en una actitud desprovista de atención crítica y abordando las imágenes interiores como si se tratara de presencias objetivas". Ella recomienda el diálogo escrito como "la forma más diferenciada y que casi siempre conduce más lejos". Esta técnica ayuda a comprender "que toda fantasía constituye un auténtico proceso psíquico, que nos asalta, convirtiéndonos en figura actuante y paciente a un tiempo en un drama interior". Y ante tal escenificación no hay que ser un simple observador sino que hay que actuar, pero no como si eso fuera únicamente "pura fantasía", sino como si fuese real. Y no basta luego con "comprender" , sino que hay que hermanarlo con un compromiso ético, moral, y de esta forma "la corriente de  as imágenes interiores comienza a servir para la construcción de la totalidad personal, es decir, para la Individuación y para establecer una seguridad íntima capaz de resistir el asalto de los problemas exteriores e interiores".

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